El Consejo Regulador delega la calificación de sus vinos en el único laboratorio homologado que actualmente existe en Castilla y León

El Consejo Regulador de la Denominación de Origen Tierra de León rindió homenaje al Comité de Cata en su disolución, tras llevar a cabo la última calificación de vinos presentados por las bodegas a la convocatoria correspondiente al mes de agosto. El cumplimiento de la legislación de la UE relativa a las certificaciones de productos agroalimentarios obliga a todas las figuras de calidad europeas a acreditar sus productos bajo las condiciones establecidas en la norma EN-UNE ISO-17025, bien a partir de órganos propios debidamente homologados —una posibilidad prácticamente inviable para la mayoría de ellas por razones funcionales y económicas— o delegando el control organoléptico y físico-químico de sus vinos en laboratorios de análisis que tengan esa certificación. La DO Tierra de León lo hará a partir de este mes a través de Certificaciones de Castilla y León, la única entidad que actualmente cumple esas exigencias en la comunidad autónoma. De hecho, la empresa  CCL, que dispone de los perfiles aprobados por el pleno del Consejo Regulador y que definen con rigor las características que deben cumplir sus vinos, ya venía ensayando en los últimos meses la calificación de blancos, rosados y tintos en paralelo a la oficial realizada por el propio Comité de Cata.

Tras once años de trabajo, desde que el 27 de julio de 2007 se creó la Denominación de Origen Tierra de León, el Comité de Cata, que desde una primera etapa anterior ha estado compuesto por más de medio millar de especialistas y ha calificado 2.895 vinos en 180 jornadas de trabajo, queda oficialmente disuelto. El presidente del Consejo Regulador, Rafael Blanco, que formó parte de él durante diez años, agradeció a los actuales dieciséis integrantes del equipo su compromiso, “nunca suficientemente reconocido”, dijo, con la Denominación de Origen Tierra de León, y elogió “su irreprochable criterio técnico, su incuestionable profesionalidad y el extraordinario rigor de un trabajo impecable realizado siempre de manera entusiasta y totalmente desinteresada”. “Es una labor enriquecedora y enormemente gratificante desde el interés personal”, afirmó, “pero no por ello menos importante. Vuestra contribución al desarrollo de la Denominación de Origen ha sido siempre altamente exigente y ha tenido en ese sentido una importancia capital en la consecución de las altas cotas de calidad de los vinos blancos, rosados y tintos elaborados con nuestras variedades de uva Albarín y Prieto Picudo”.

El 14 de junio del año 2002 se celebró la primera cata de calificación de un vino cuyo destino era salir al mercado al amparo de la protección de la emergente figura de calidad A.V.T. Vino Tierra de León. Dicha cata de calificación se celebró en la antigua e inicial sede de Tierra de León, ubicada en la Avenida Carlos Pinilla, número 17 de Valencia de Don Juan y se correspondió con 10.000 litros de un rosado genérico de la añada 2001 que la S.A.T. Pedro Marcos sacaría al mercado poco tiempo después.

Fue la primera cata de muchas que se sucederían después, inicialmente en la sede de Carlos Pinilla, después en la de Alonso Castrillo 29 y los últimos 5 años en el actual Edificio Mirador de la Condesa, hasta llegar a este 31 de agosto de 2018 que es cuando se ha celebrado la última cata. Aproximadamente 180 jornadas de calificación de vinos repartidas en estos 16 años que siempre han tenido un denominador común: el Comité de cata de Tierra de León.

En total, más de 50 profesionales del mundo del vino, de la enología, de la sumillería, de la prensa especializada o de la universidad que han formado parte del Comité de cata en distintas etapas o de forma permanente como algunos de los actuales catadores. Todos ellos han contribuido de manera desinteresada al desarrollo y crecimiento de la actual D.O. Tierra de León, asistiendo a las convocatorias de cata y enfrentándose organolépticamente a vinos que no siempre reunían las condiciones organolépticas óptimas que debía de tener un vino merecedor de la tirilla de Tierra de León. Siempre fue un trabajo sordo, profesional, honesto y riguroso y gracias a ellos y al compromiso mostrado todos estos años, la D.O. Tierra de León ha llegado hasta nuestros días sin tener que suspender ninguna jornada de calificación de vino por falta de catadores.

2.895 vinos catados, la mayoría calificados, muchos emplazados y algunos descalificados es el bagaje con el que el Comité de cata de Tierra de León baja el telón y se despide para siempre. El motivo de esta desaparición lo encontramos en la obligación por parte de la Unión Europea de que todas las figuras de calidad europeas implanten un sistema de certificación de producto basado en la norma de calidad EN-UNE ISO-17025. Ante esta situación, el Consejo Regulador de la D.O. Tierra de León decidió en 2017 delegar el control organoléptico y físico-químico de sus vinos en laboratorios de análisis que ya tuvieran dicha certificación en la norma europea, lo cual implicaba lógicamente la desaparición del actual Comité de cata.

Decimos adiós pues a muchas jornadas de calificación de vinos, muchas jornadas de reciclaje y unificación de criterios, muchas mañanas de discusiones y debates, de opiniones encontradas, de mucho compañerismo y en definitiva, de mucha profesionalidad.

Desde el Consejo Regulador, desde los miembros de la Junta directiva que representan a viticultores y bodegas y especialmente desde la Dirección Técnica queremos agradeceros a todos aquellos que habéis formado parte en algún momento del Comité de cata, vuestra dedicación, trabajo y compromiso con esta Denominación de Origen durante estos 16 años. Sin vosotros no hubiera sido posible llegar hasta aquí. Seguiréis formando parte de la D.O. Tierra de León aunque sea de otra forma.

DOLeón